Para evidenciar y/o confirmar estas alteraciones en las fases del sueño se emplea el electroencefalograma (EEG), desarrollado por el psiquiatra Hans Berger en 1929 y empleado por Loomis y colaboradores en 1937 donde observaron cambios en la actividad eléctrica cerebral durante el sueño, y el incremento de la relación de ondas lentas (delta (δ) y theta (θ)) a medida que se profundiza el sueño; esto permitió establecer la primera clasificación de las fases del sueño (4)
Psiquiatra Hans Berger 1929 Imagen tomada de http://uploads.edubilla.com/inventors/24/eb/hansberger3.png
El electroencefalograma es definido por Ricardo J & Rueda W 2011, como “el registro de la actividad eléctrica cerebral, es decir, las diferencias de voltaje entre electrodos situados sobre el cuero cabelludo, en función del tiempo. (5).
-Imagen recuperada de https://martaromo.files.wordpress.com/2014/01/brain.jpg-Imagen recuperada de https://i.ytimg.com/vi/_HgHuOas_ls/hqdefault.jpg
EEG tradicional
El EEG más conocido es el que se analiza por inspección visual también conocido como EEG tradicional descrito como la presencia y distribución topográfica de cuatro tipos de actividades electroencefalográficas las cuales son delta (δ), theta (θ), alfa (α) y beta (β). Las bandas delta (δ) y theta (θ) se registran como actividades lentas, mientras que las bandas alfa (α) y beta (β) se perciben como actividades rápidas. (Ricardo J & Rueda W, 2011).
Talamillo T, 2011 aporta algunas indicaciones para el EEG las cuales son: (6)
Diagnóstico y tipificación de los distintos tipos de epilepsias.
Estatus epilépticos convulsivos o no convulsivos.
Algunos tipos de demencias.
Determinación de muerte cerebral.
Imagen recuperada de http://www.mundomagazine.cl/archivos/la-epilepsia-puede-llegar-en-cualquier-etapa-de-la-vida-740x345.jpg
EEG SISTEMA 10/20
Por otra parte, menciona otro sistema internacional para el registro de la actividad eléctrica cerebral, conocido como sistema 10-20 denominado así porque los electrodos tienen un espacio entre el 10% y el 20% de la distancia total entre los puntos reconocibles del cráneo. (4)
Para ubicar los electrodos existe una nomenclatura que corresponde a la región cerebral sobre la que se encuentran, con una numeración de menor a mayor, es decir desde áreas anteriores hacia áreas posteriores respectivamente; y los números impares ubicados al lado izquierdo y los pares al derecho. (5)
Imagen recuperada de https://www.researchgate.net/profile/Janis_Daly/publication/224635326/figure/fig3/AS:302702602014722@1449181332665/Figure-22-Different-perspectives-of-the-International-10-20-standard-system-of.png
Según Talamillo T, (2011) actualmente existe un gorro que tiene incorporado 19 electrodos y mediante una jeringa o aguja con punta roma se introduce gel conductor en cada uno de los electrodos para así facilitar la recepción de la señal a través del cuero cabelludo; los electrodos se unen en un conector que se conecta con el cabezal del EEG (donde se recoge la actividad eléctrica de cada electrodo), luego se envía la señal al sistema de amplificadores para su trascripción (6)
Imagen recuperada de http://cdn.simplesite.com/i/ff/39/285697106854689279/i285697114352276511._szw1280h1280_.jpg
De acuerdo con recientes
investigaciones, “El sueño es un estado fisiológico de reposo periódico,
durante el cual ocurren procesos dinámicos cerebrales que afectarán la salud
física, mental y es esencial en el normal funcionamiento del cuerpo, incluyendo
el sistema inmunológico. El sueño sigue un proceso de desarrollo desde la etapa
fetal. En el período neonatal, el patrón sueño-vigilia es ultradiano y hacia
los 6 meses de vida adopta un patrón circadiano. A partir del octavo mes de
vida fetal, el sueño se estructura por completo, para esto requiere de una
adecuada organización córtico-subcortical. Debido a que la fase REM del sueño
interviene en la maduración de la corteza cerebral en los primeros meses de
vida. Los recién nacidos sanos, presentan fases de sueño REM que superan el 50%
del tiempo total de sueño. En esta fase se producen procesos neuroendocrinos y
de transmisión neuronal, así como de síntesis proteica, que pueden ser
significativos en la correcta integración de los diferentes sistemas que operan
en el sistema nervioso central (SNC)” ¹.
FASES DEL SUEÑO: Según lo investigado por Martínez E, et al²“
Actualmente la división del sueño está
dada por un consenso de expertos liderados por Rechtschaffen y Kales en 1968:
1. Sueño no REM :
a) Fase 1 (10% de todo el sueño) con un
período de adormecimiento
b) Fase 2 (50%) sueño establecido, aunque
superficial
c) Fase 3 y 4 (20%) sueño profundo, en la
actualidad se tiende a fusionar ambas fases y únicamente hablar de fase 3.
2. Sueño REM (20%): se evidencia una ausencia
o disminución del tono muscular y aparecen los movimientos oculares rápidos.
Desde
el punto de vista fisiológico, el sistema respiratorio se amolda a los cambios
que se van ocasionando en cada una de las fases anteriormente nombradas. Así que durante el sueño no REM inestable, la
respiración es irregular y se va a alterar la frecuencia respiratoria y la, posiblemente
por el cambio existente entre la vigilia y el sueño, hay un aumento de la
presión arterial en CO2. En la fase de sueño profundo no REM, cae la
ventilación por minuto y la actividad muscular. En ambas fases, este descenso
de la actividad de los músculos, incluyendo los de la VAS, desencadena un
aumento de resistencias con el consiguiente esfuerzo respiratorio asociado para
mantener un volumen corriente adecuado y una correcta oxigenación. Por último,
en la fase REM, la respiración vuelve a mostrar un patrón irregular, la atonía
muscular es máxima y la resistencia de la VAS aumenta. Para contrarrestar estas
resistencias se desencadena un aumento de la frecuencia respiratoria con una
mayor dependencia de la actividad del diafragma. Es durante esta fase del sueño
cuando el paciente presenta una mayor susceptibilidad para desarrollar apneas
obstructivas”.
Imagen recuperada de https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVJJApXMadkTgrTtalSpyH10_wqlqwW61n2yEtJ8aqS_lDLsrafUPTrYGblnyfNifiUpD6mGquTenkqQ33crNEynG8qQTJJ8q3aqjcTGYPoEct7LmhkHDrtbh68OVme8HiD1JH2q-JUl8/s1600/Ondas+cerebrales.jpg
Una de las alteraciones del sueño se debe al “Síndrome de fatiga crónica (SFC), este se caracteriza por la presencia de fatiga intratable y sueño no reparador, síntomas con una alta prevalencia en múltiples enfermedades y/o como efecto secundario de diferentes fármacos. Diferentes trabajos demostraron una alta prevalencia de los trastornos del sueño, asociados al SFC. Además, los síntomas de sueño, no reparador y fatiga son síntomas frecuentes en los trastornos del sueño, lo que hace que en muchos pacientes con SFC haya que descartar un trastorno de sueño primario. Es un trastorno heterogéneo y multisistémico de causa desconocida que se caracteriza por una fatiga generalizada de más de 6 meses de duración que empeora después del ejercicio (98%) con cefalea recurrente (90%) y problemas de concentración y/o de memoria (85%); estos síntomas suelen ir asociados a sueño no reparador (94%), dolor musculo esquelético (75%), nódulos linfoideos y/o problemas psiquiátricos (65%)”. (3)
Según Ferré A, existen alteraciones polisomnográficas en el síndrome de fatiga crónica las cuales son:
Baja eficiencia de sueño
Latencia prolongada de sueño
Descenso del sueño lento superficial (N1 y N2)
Reducción del sueño REM
Aumento del sueño REM
Despertares intrasueño
Aumento del sueño lento profundo (N3)
De esta investigación se
pudo deducir que: “Normalmente los pacientes con SFC manifiestan una mala
calidad de sueño referida como sensación de sueño no reparador. Este es un
concepto un tanto ambiguo y del cual deberíamos evitar una respuesta dicotómica
de sí o no, y se debería intentar sustraer más información, para poder definir
y orientar mejor los trastornos de sueño sub- yacentes. Es por este motivo, que
además de preguntar si presentan un sueño reparador o no, habría que indagar
sobre el horario de sueño de los pacientes, el número de horas de sueño
conseguido, el número de despertares intrasueño, el tiempo de vigilia
intrasueño y la eficiencia subjetiva del sueño.
También habría que preguntar sobre la repercusión del sueño no reparador
durante el día, por lo que además del cansancio, habría que indagar sobre la
sensación de somnolencia excesiva diurna, la necesidad de realizar siestas, y
dentro de ellas, preguntar sobre el número y duración de las mismas. Es
importante también preguntar si mientras duerme el paciente ronca, si se han
observado apneas, o movimientos nocturnos, o si presenta pesadillas, sudoración
nocturna, nicturia y/o reflujo nocturno”. (3)
Es importante
incluir sobre el tipo de ondas que se van a generar en el EEG y su importancia
en el diagnóstico clínico, estas ondas poseen amplitudes que van desde los 10
mV en registros sobre el córtex, a 100 mV en la superficie del cuero cabelludo.
Las frecuencias de estas ondas se mueven entre 0,5 y 100 Hz y dependen mucho
del grado de actividad del córtex cerebral. (8)La mayoría de las veces estas ondas no
poseen ninguna forma determinada, en algunas son ritmos normales que suelen
clasificarse en ritmos a, b, q y d. En otras poseen características muy
específicas de patologías cerebrales como la epilepsia
Las ondas a
poseen frecuencias entre 8 y 13 Hz. Se registran en sujetos normales despiertos,
sin ninguna actividad y con los ojos cerrados, localizándose sobre todo en la
zona occipital; su amplitud está comprendida entre 20 y 200 mV. Las ondas b
poseen frecuencias entre 14 y 30 Hz, aunque pueden llegar hasta los 50 Hz; se
registran fundamentalmente en las regiones parietal y frontal. Se dividen en
dos tipos fundamentales, de comportamiento muy distinto, b1 y b2. Las ondas b1,
tienen una frecuencia doble a las ondas b2 y se comportan de forma parecida a
ellas. Las ondas b2, aparecen cuando se activa intensamente el SNC o cuando el
sujeto está bajo tensión. Las ondas q poseen frecuencias entre 4 y 7 Hz y se
presentan en la infancia aunque también pueden presentarlas los adultos en
períodos de stress emocional y frustración. Se localizan en las zonas parietal
y temporal. Las ondas d poseen frecuencias inferiores a 3,5 Hz y se presentan
durante el sueño profundo, en la infancia y en enfermedades orgánicas
cerebrales graves. (9)
Durante el sueño,
en la etapa 1 podemos encontrar ondas agudas del vértex que son espigas puntiformes de 0.5 segundos de
duración y de gran voltaje, que se registran en zonas centrales. En la etapa 2
de sueño se observan husos de sueño que tienen una duración de entre 1 y 2
segundos y su frecuencia oscila entre 11 y 15 cps. Se presentan simultáneamente
y en forma simétrica en ambos hemisferios. También en la etapa 2 se observan
los complejos K que es un grafoelemento con un componente negativo, seguido de
un positivo y que regresa a la línea base.
Según el articulo de Tejeiro Martinez 2008 (9) El electroencefalograma es un sistema de estudio que permite el registro y la interpretación de señales eléctricas generadas a nivel central, a través de estímulos espontáneos o
inducidos por diversas maniobras de activación; estas señales reflejan ondas traducidas en potenciales de acción, que inicialmente son generados sinapsis neuronales.
https://www.youtube.com/watch?v=zMM4ywUutpg
Estas sinapsis son amplificados a
través de este sistema permitiendo la valoración de amplitudes, frecuencias e
intensidades que manejan las transmisiones de las ondas; lo que va a permitir evaluar de manera continua las características de estas ondas y de acuerdo a su
comportamiento establecer trastornos funcionales del sistema nervioso o
afecciones que conduzcan a diferentes diagnósticos entre ellos: 1.EPILEPSIA: Identificándose en el electroencefalograma,
actividades epileptiformes, con un importante valor diagnostico, evidenciándose
(puntas, polipuntas, ondas agudas y complejos punta-onda). Pudiendo aclarar o
confirmar este paraclínico con los hallazgos encontrados en la anamnesis del
paciente, o determinar el tipo de epilepsia que se cursa si es parcial o
generalizada, o incluso puede hallarse la presencia de hipsarritmias,
característica del síndrome de West.
- 2. MUERTE CEREBRAL: Donde en electroencefalograma me permite
evaluar disfunciones eléctricas, inactividad sináptica, baja respuesta frente a
estímulos de diferentes caracteres, sea sensitivo motor o mixto.
- 3.INFECCIONES: Se manifiesta con la relación
electro-clínica del paciente sobretodo en encefalitis aguda, evidenciándose
actividad lenta difusa, con o sin descargas periódicas.
ESTUDIOS ACERCA DE ELECTROENCEFALOGRAMA Y SU RELACIÓN CON EL INSOMNIO
Evidencia científica sugiere que el insomnio puede caracterizarse por una hiperactivación del SNC. Según estos estudios se considera
la actividad del EEG de alta frecuencia en el rango de 20-90 Hz observada por
primera vez en el estado de vigilia por Berger en 1937, quien
se planteó la hipótesis de que tal actividad, observada durante el cálculo mental,
debe ser un“material concomitante de
los procesos mentales".
Sin embargo los siete estudios descritos, han
demostrado que los pacientes con insomnio exhiben una cantidad inusual de la
actividad EEG durante el sueño beta, supervisados mediante la polisomnografia.
De igual manera en la mayoría
de las investigaciones se encontró que el aumento de la actividad beta era
evidente en pacientes con insomnio en comparación con buenos controles para
períodos de tiempo o alrededor de la
aparición del sueño y / o durante el mismo en fase NREM.
Imagen recuperada de https://www.google.com.co/search q=ecg+e+insomnio&rlz=1C1JZAP_esCO705CO706&espv=2&biw=1366&bih=662&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwi6zYz-y7jQAhVLziYKHWNcDjgQ_AUIBigB#tbm=isch&q=insomnio&imgrc=T1rEzEg1EjjQmM%3A
Estos
investigadores exploraron aún más la posibilidad de que las características
espectrales del EEG del sueño pueden diferenciar los pacientes con insomnio
de durmientes normales. A diferencia de
trabajos anteriores, estos investigadores no limitan sus datos de EEG alrededor
de la aparición del sueño, pero también examinaron los primeros ciclos de sueño
/ REM cuatro NREM. Este análisis también mostró, que la actividad beta es
elevada en el transcurso de toda la noche, tanto para NREM como para sueño REM.
Los principales puntos fuertes de este estudio son; Es el primero en
evaluar la distribución temporal de la actividad beta, tanto a través del
período de sueño como dentro de los episodios NREM y REM, y también es el
primer estudio empírico sobre la actividad de la beta en el insomnio para
colocar sus hallazgos dentro de un contexto teórico.
La combinación de la suma de diversos estudios, proporcionan una buena evidencia de que la actividad beta y gamma a / alrededor de la aparición del sueño
y durante el sueño NREM, se incrementa en pacientes con insomnio en comparación
con los dos buenos controles y pacientes con TDM-cama con insomnio (10).
Guías de práctica clínica en el SNS.
GPC sobre trastornos del sueño en la infancia y adolescencia en atención
primaria. Anexo 1 Fisiología del sueño: Características del sueño. Pp 141-144. [Internet].
[Citado el 8 de octubre de 2016]. Disponible en http://www.guiasalud.es/egpc/TSueno_infado/resumida/documentos/anexos/anexo1.pdf
Berenguer
J, Gutiérrez F, Madrid H, Estañol B. Variantes normales o de significado
incierto en el electroencefalograma. Rev Neurol. [Internet]. 2012. [Citado el 9 de octubre de
2016]; 54 (7): 435-444. Disponible en http://www.neurologia.com/pdf/Web/5407/bh070435.pdf